Un día la Seño nos contó que teníamos que practicar un nombre muy raro, un simulacro de incendios. Hubo algunos compañeros que al oír "incendio" se asustó un poco, pero por eso nos contó la Seño que teníamos que practicar, porque si alguna vez hay un incendio de verdad, saber cómo hacer las cosas. Y practicamos un día despacio y de forma tranquila, viendo los pasos que teníamos que hacer.
Y así pasaron los días hasta que un día, nada más empezar la asamblea, de repente sonó una alarma diferente a la que oímos todos los días en el patio y la Seño nos dijo que era un aviso de incendio y que tocaba hacer el simulacro.
Nos pusimos en fila en seguida, no cogimos nada del cole: ni mochilas ni abrigos.
La seño mientras cerró las persianas y apagó las luces y el ordenador.
Salimos en fila al pasillo hacia la salida de la pista y esperamos a que la Seño pusiera una papelera en la puerta (eso avisaría a los bomberos, si fuera verdad, que dentro nos hay nadie) y salimos andando rápido y sin correr.
En el camino nos encontramos con la teacher Ana que nos ayudó a colocarnos en una fila en la calle del cole. Ella tuvo suerte, porque le pillo con el abrigo puesto, pero los demás pasamos mucho frío y nos pusimos a saltar hasta que llegarán todos los grupos y nos dejaran volver a clase.
Con tanto frío y prisas la Seño no hizo más fotos, pero nos dijo que lo habíamos hecho muy muy bien y que estábamos preparados por si alguna vez hay un incendio de verdad.
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